Las ventas de fruta clasificada hacen que las tiendas sean altamente rentables
Los supermercados y vendedores de mercados suelen vender verduras o frutas en dos juegos, uno más barato y otro más caro. Si preguntas cuál es la diferencia entre los dos, el vendedor te dirá que el artículo caro es más grande, más fresco y sabe un poco mejor.
La lógica de la clasificación de la fruta en las fruterías
El objetivo de clasificar primero la fruta y luego venderla es aprovechar mejor el valor que posee la fruta misma y aumentar los ingresos de los agricultores. Una caja de naranjas puede ser de un mismo árbol, pero siempre habrá buenas y malas, grandes y pequeñas, livianas y pesadas en su interior.
La mejor calidad debería ser relativamente más cara. ¿Por qué? Porque dos naranjas que crecen en el mismo árbol, una con suficiente exposición a la luz solar, buena absorción de nutrientes y sin plagas, naturalmente crecen más que la otra desnutrida y tendrán un sabor más dulce y un precio más alto.
¿Cuáles son las frutas clasificadas en las fruterías?
Ya sea una frutería o un supermercado, la mayoría de las tiendas clasificarán las ventas de frutas en categorías: manzanas, pitahaya, melón, mangos, limones, naranjas, etc. Las ventas de clasificación de frutas, para que la ganancia bruta de la tienda mejore en gran medida, también son las tiendas habituales de posicionamiento de gama baja.
¿Con qué estándar se puede clasificar la fruta?
La fruta clasificada para su venta necesariamente requiere que tenga ciertas características, lo que significa que la fruta debe tener estándares de clasificación. El estándar de clasificación más común en las fruterías es clasificar las frutas según su tamaño o peso, para luego comercializarlas de manera diferente, poniéndolas en diferentes precios y lemas.
Por ejemplo, la frutería selecciona lichis con una clasificadora automática de frutas, y las frutas grandes seleccionadas se envasan y venden en cajas a precios elevados. Los demás frutos pequeños se venden a granel. Los clientes pueden ver la diferencia entre los dos de un vistazo y, con autoconciencia, son dos cosas diferentes, pudiendo así aceptar el precio de ambos.